lunes, 16 de abril de 2012

LA PRIMERA TAZA DE CAFÉ



La bendijo y saboreó el segundo obispo de Guayana cuando era cura de Chacao

El café con el que se prepara una infusión de gran consumo mundial tiene una leyenda que se remonta al siglo trece, cuando en Etiopía unos pastores se dieron cuenta de cómo las cabras se sobreexcitaban por las noches al consumir las hojas de un arbusto del que brotaban fragantes flores blancas como el jazmín y frutos como cerezas pequeñas.
Esta leyenda que ya es historia, se extendió como envoltorio de la simiente por toda Europa y Africa, y por vía de Martinica  llegó a la provincia de Venezuela donde en 1784 se formalizó una reunión de vecinos del valle de Caracas para saborear la primera taza de la estimulante bebida que ya no estimula a las cabras sino a los hombres.
Un joven prelado venido de España, de nombre José Antonio García Mohedano, sembró la semilla del cafeto en una sementera de Chacao aunque, según el Padre Gumilla, ya en 1740 se cultivaba en las Misiones del Orinoco.
Cuentan las crónicas que el Padre Mohedano, como simplemente lo llamaban, omitiendo su primer apellido, celebró la primera cosecha con una reunión de sus amistades a las que brindó y saludó con una taza de café humeante a la vez que decía:

 Bendigas Dios al hombre de los campos sostenido por la constancia de la fe.  Bendiga Dios el fruto fecundo de la sabía naturaleza y a los hombres de buena voluntad.


Después de sembrador de almas y de granos en el curato, de Chacao, el laborioso pastor,  fue preconizado obispo por su Santidad Pío VII, el 5 de agosto de 1800, para suceder a Monseñor Francisco Ibarra, fundador de la Diócesis de Guayana, pero las Bulas de su nombramiento estuvieron un tiempo extraviadas porque habían sido enviadas con Diego Romero y Montero  que venía para Caracas como fiscal de la Real Hacienda y  murió en  el trayecto cuando el barco donde viajaba hizo escala en la isla antillana de  Saint Thomas. Las Bulas muy posteriormente fueron halladas en su equipaje y remitidas con mejor fortuna a su destinatario,  Monseñor  García Mohedano, quien  murió en Angostura cuatro años después, satisfecho de que su cultivo se extendiera por  buena parte de nuestra extensa geografía, llegando a ser el renglón agrícola más importante de nuestra economía. 
En 1937 la producción de café en Venezuela era de  74 millones de kilogramos y entre los  grandes  cultivadores destacaban Táchira, Truljillo, Lara y Mérida. En América  figuran como principales productores, además de Venezuela, Brasil, Colombia, México, Salvador, Guatemala, Puerto Rico y Cuba. Antes de que reventaran los primeros chorros de petróleo, el café era el primer producto de exportación de Venezuela seguido del cacao.



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