miércoles, 18 de abril de 2012

LA FAUNA ORINOQUEÑA


Una de las más variadas, abundantes, fabulosas, y de la cual escasamente conoce la ciencia
 

Se estiman en dos mil o más las especies favorecidas por una ecología muy característica, así como por una especie de mar interno que significa el Orinoco como colector de casi toda la hidrografía Venezolana, complementando además por ese lazo de unión al sistema de la amazonia que forman el  Casiquiare y el Río Negro.
De tal variedad de especies las más conocidas por buscadas en tiempos de pesca son: el morocoto, la zapoara, el rayado, el bagre, la curbinata, la palometa, la cachama, el pijotero, la bocachica,  el bocón, la sardinata, la payara, el coporo, la anguila eléctrica o temblador, el caribe, considerado el más peligroso; el pavón, la tonina, el manatí, el dorado, la guabina, el valentón o laulau, la payara y el roncador.
De junio a agosto cuando el río mete su mayor volumen de agua es la época mejor para la pesca. Entonces el Orinoco se ve alegre, surcado por curiaras con tripulantes armados de atarrayas, anzuelos o robadores en busca de la presa, son los días en que abunda la codiciada zapoara, que  tanto gusta al paladar de los guayaneses.
Cuando las aguas de los ríos descienden, los pescadores reducen la pesca a los caños, lagunas y rebalses y de esta manera la mantienen todo el año.
Se trata casi siempre de una pesca invariablemente primitiva y rudimentaria en la que algunas veces, y a espaldas de la ley, suelen utilizarse artes prohibidas que agotan y aniquilan las reservas.
Hay, sin embargo, un esfuerzo evidente y una constante preocupación actual por salvaguardar este importante recurso natural renovable de nuestros ríos para aprovecharlo en forma  racional a fin de que en las décadas venideras no sea tan incierto el destino del Venezolano en cuanto a materia alimenticia.


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