lunes, 2 de abril de 2012

HENRY MORGAN

El más terrible de los piratas del Caribe y el único que pudo tomar a Panamá, la antigua y ambicionada Copa de Oro

Henry Morgan era un campesino de los fértiles valles de Cambria en Inglaterra. Tenía quince años y era fuerte y soñador cuando contrarió a sus padres y se dio a la aventura del mar con cinco libras en el bolsillo. Llevando sobre el hombro un bolsón con poca ropa y sin alimento caminó día y noche hasta llegar al Puerto de Cardiff donde siempre le decían que llegaban los barcos que navegaban hasta el Nuevo Mundo. Allí hizo amistad con un marino holandés llamado Tim, a quien le brindó vino y comida más el resto de sus monedas para que lo ayudara a embarcarse hasta Las Indias. Pero Tim lo engaño y lo vendió al capitán del “Bristol Girld”, un barco que viajaba a Barbados, colonia inglesa, llevando esclavos para las plantaciones y otras mercaderías como cuchillos, hoces, telas, vino y vestidos 
En Barbados el muchacho Henry Morgan fue vendido como esclavo al plantador de la Isla, James Flower, quien realmente nunca lo trató como tal sino que lo hizo su hombre de confianza y capataz. El viejo James Flower le inculcó conocimientos de latín, griego, e instruyó en los rudimentos de la guerra y la navegación. Un día su dueño decidió darle la libertad y Morgan con sus ahorros y la ayuda de su patrón decidió hacerse bucanero.
En Port Royal (Jamaica) conoció a su tío Edward Morgan, gobernador y padre de Elizabeth con quien se casaría más tarde, tras la muerte de éste.
En esta isla se asoció con él viejo pirata Grippo y tomó el mando del barco Ganymede para ser un miembro más de la Hermandad Libre de piratas ingleses, franceses y holandeses que incursionaba por el Mar Caribe.
Morgan inmediatamente se hizo el pirata más temido de  los mares asaltando barcos españoles, robando, degollando y quemando ciudades. Él quería superar a Drake, L’ Ollonais y a Mansfield y lo logró. Era Morgan un filibustero audaz e inteligentemente astuto, hermético, pero lleno de una gran soledad. Su único amigo durante sus incursiones de filibustero fue un francés de nombre Coeur de Gris a quien terminó matando después que tomó e incendió a Panamá.
Panamá, para la época de Henry Morgan, era una de las ciudades españolas más ricas y fuertes del Nuevo Mundo. La llamaban por su importancia la “La Copa de Oro”. Era prácticamente inexpugnable y todas las tentativas piratas por tomarla y saquearla fracasaron hasta  que Morgan creyendo que allí vivía la Santa Roja, una mujer de incomparable belleza con la que siempre había soñado, reunió 37 barcos y dos mil hombres y la tomó luego de destruir el ejército del gobernador Juan Pérez de Guzmán.
Antes de destruir a Panamá, Morgan había asaltado varias ciudades de la Isla de Cuba y costas de tierra firme. A Panamá la quemó en 1670 luego de haber destruido el Fuerte de Maracaibo y derrotado  la Escuadra Española del Almirante Campos y Espinosa.
Sobradamente rico y cansado de  la piratería que arruinaba las relaciones de España con Inglaterra, decidió ocupar un título de Caballero. Entonces el Rey Carlos II de Inglaterra lo nombró Comisario de Almirantazgo y Gobernador de Jamaica, donde se casó con su prima Elizabeth. En la hermosa y sufrida isla caribeña terminaron sus días. Murió en 1688 a la edad de 53 años.

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