martes, 24 de abril de 2012

EL GLIPTODONTE

Tatarabuelo del Cachicamo

El cachicamo es miembro de una familia de la América Meridional que como los gitanos nunca tienen un sitio fijo donde morar. Vaga por todos los monte y al igual que los pájaros se alimenta de insectos que succiona a través de un hocico aguzado y que viene siendo prácticamente su cabeza.
Como buen caballero andante, nunca abandona la coraza articulada que lo protege de sus enemigos, especialmente del campesino que ha aprendido a aderezar con su carne unos platos muy sabrosos. El hombre del campo lo persigue con su perro adiestrado porque ya el cachicamo es para él parte de su dieta habitual.
Pero el cachicamo que siempre se ve asediado por sus voraces enemigos, ha aguzado su instinto de estratega tanto como su hocico, de tal suerte que cuando presiente el peligro vuelve rápidamente a su más reciente madriguera y si está muy próxima la asechanza cava al instante una cueva con las garras de sus patas cortas o simplemente se convierte en una bola acorazada con la que resguarda sus partes vulnerables.
Tal es el cachicamo o armadillo, cuya existencia se adivina cuando caminamos por el monte y vemos a cada paso diseminadas madrigueras viejas y recientes.
Los campesinos suelen llamar “ Cachicamo”  a una persona para ellos muy reservada y reconcentrada en sí misma y esto es porque el cachicamo, a su manera de ver, se protege demasiado, permanece resguardado bajo su natural armadura de bandas córneas heredadas posiblemente de un tatarabuelo raro y singular que bien podría ser el Gliptodonte, armadillo de metro y medio de alto que vivió durante la llamada época del cuaternario americano, hace más de veinte mil años.
En Guayana, concretamente en los barrancos de los placeres diamantíferos del río Guaniamo, al sur de Caicara del Orinoco, los mineros han encontrado fósiles del Gliptodonte.
Simón Freddy Martínez, un joven y hábil comprador de diamantes, vendió en 30 mil bolívares las piezas principales de un Gliptodonte fosilizado hallado en un sitio que los mineros comenzaron a identificar después del hallazgo como la “Explanada del Esqueleto”.
El Gliptodonte, pues, como lo vemos, fue también un armadillo, pero gigantesco, y no sería exagerado afirmar que el cachicamo es su más fiel descendiente.

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