jueves, 12 de abril de 2012

EL ALUMBRADO ELECTRICO




Llegó a Ciudad Bolívar el 5 de julio de 1911 gracias al esfuerzo de un grupo de empresarios de la plaza

Recuerdan nuestros abuelos que la primera planta eléctrica que tuvo Ciudad Bolívar era de vapor, con voltaje de 290 luces y,  en vez de gasolina, consumía como combustible leña cortada en los terrenos baldíos del Municipio.
Desde aquella época a esta parte, han sido notables los avances de la electricidad y del alumbrado público en general. De la primera planta eléctrica de vapor muy pronto se pasó a la de gasolina y después a diesel que hasta hace poco, antes de la prodigiosa hidroelectrcidad que generan a través de Guri los torrentes del Caroní, hacían estruendoso ruido para alumbrar y darle vida a la ciudad.

Antes de la llegada de la energía eléctrica, los habitantes de  Angostura se las arreglaban con velas de sebo o mechas hundidos en ingeniosos recipientes con aceite extraído de los huevos de la tortuga del Orinoco, del manatí o del seje. También con tradicionales lámparas de kerosene y de carburo.
El alumbrado de las calles se inició en 1856 con faroles que encajaban en unos brazos de hierros fijados a cierta altura en las esquinas de los edificios. Estos faroles alumbraban  y permanecían encendidos desde las seis de la tarde hasta las doce de la noche. Un par de hombres provistos de largas escaleras cumplían la cotidiana tarea, excepto durante las noches de luna llena cuando la ciudad se llenaba de gozo y resplandecía, no sólo a la luz de los arcos voltaicos sino a la luz de los trovadores nocturnos.





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