jueves, 29 de marzo de 2012

Y BOLIVAR CUMPLIO SU JURAMENTO



Lo cumplió a sangre y fuego  y se lleno de gloria

            Después de aquel día de mayo lleno de sol en el Monte Aventino, Bolívar renunció para siempre a la vida frívola y retornó a su patria.
            Era el año 1897. Atrás había quedado una Europa amenazada por la ambición imperialista de Napoleón Bonaparte. España, mandada por el Rey Carlos IV, no escapó al desbordamiento bonapartista y la dueña y señora de las Indias occidentales sintió que el mundo se le desmoronaba a sus pies.
            A pesar de la distancia, América se puso al tanto de la invasión napoleónica contra la Madre Patria y aceptó el acontecimiento sólo como una oportunidad circunstancial favorable a las ideas de igualdad e independencia que venía alentando por influencia de la Revolución francesa y la emancipación norteamericana. De manera que lo aprovechó, tímidamente al principio, y con gran determinación después.
            Venezuela, por su parte, abría las compuertas de su represada ideología revolucionaria, impulsada por una especie de partido o club político llamado ”Sociedad Patriótica”,  dirigido entre otros, por Cristóbal Mendoza, Miranda, Bolívar, Vicente Salías, Juan Germán Roscio, y la cual enarboló la bandera de la independencia hasta ser proclamada el 5 de julio de 1811 por el Congreso formado con representantes de las provincias adheridas al movimiento revolucionario. Pero, materializar la soberanía no fue  cosa fácil, pues eran más de 300 años de raíces hispanas en el continente lo cual suponía cavar muy profundo para erradicar los conceptos tradicionales del colonialismo y los privilegios de clases.
            La lucha fue ardua y tenaz. El país desgarrado sangraba por los cuatros costados y nadie detenía la sangre de la guerra que parecía no tener fin.
            España, que pudo resistir hasta ver derrumbado a Napoleón, normalizó su reino y envió 15 mil soldados para reforzar a los realistas en Colombia y Venezuela, pero ya el pueblo había perdido el temor, había  tomado plena conciencia de su lucha y era indetenible. España fracasó en la empresa de pacificación y retención de sus colonias, y América, desde el norte hasta el sur, pudo reafirmar su soberanía bajo la conducción genial de Simón Bolívar, quien para gloria suya y orgullo de su maestro cumplió su juramento de no dar descanso a su brazo ni a su alma hasta ver rotas las cadenas que oprimían al pueblo   americano y lo inhabilitaban para el ejercicio de su soberanía.

1 comentario:

  1. que hermoso lo ke hee leido gracias aa esta pagina huyapari ee podido cumplir com mis tareas

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