martes, 27 de marzo de 2012

CASCO URBANO DE CIUDAD BOLIVAR


 
Fue declarado Monumento Público Nacional en virtud de su gran frente de agua y peculiaridades topográficas,  históricas,  arquitectónicas y culturales


            Las ciudades como la cabeza de los bomberos, las patas de los caballos y las naves, también tienen su casco, es decir, su pie, cuerpo o armadura principal. Es la parte más dura, más sólida, más firme porque es la base. A partir del casco, la ciudad se extiende hasta fronteras que parecen tocar el horizonte.
            La capital del Estado Bolívar, Ciudad Bolívar, también tiene su casco, el cual lo formaron sobre prominencias rocosas que bordean la margen derecha del Orinoco en la zona más angosta del río. De aquí el nombre de Angostura que le dura desde  el 22 de mayo de 1764 que fue fundada por el Comandante don Joaquín Sabás Moreno de Mendoza.  En 1846 se le cambia el nombre por el de Bolívar, apellido del héroe que la emancipó de la realeza hispana y estableció en ella el Gobierno Supremo que hizo posible la independencia de Venezuela y de otros países de la América.
            Como se ve, el casco urbano de Angostura, hoy Ciudad Bolivar, tiene más de dos siglos y, a pesar de tanto tiempo y de lo rudimentario y frágil del material empleado en la construcción de sus primeras casas, se mantiene con toda la solemnidad airosa del pasado.
            Evidentemente que muchas casas han sido reforzadas con material y arquitectura moderna pero, en línea general, la fisonomía antigua predomina, especialmente en el llamado cuadrilátero histórico formado por la Plaza Bolivar, la Catedral, la  Casa Arzobispal, la Casa de la Cultura, la Casa donde estuvo preso  Manuel  Piar poco antes de ser ejecutado, la Casa donde se reunió el  Congreso de Angostura, la Casa de la Real Hacienda, la Casa de los Gobernadores de la Colonia, la Casa del General Ascensión Farreras, la Casa Parroquial, la Casa del Almirantazgo.
            Fuera del Cuadrilátero, pero siempre dentro del casco angostureño, están otras casas históricas y arquitectónicamente importantes como la del “Correo del Orinoco”, la del Morichal de San Isidro, que sirvió de residencia al Libertador, la Cárcel Vieja,  el Capitolio, el Cementerio Municipal y el Fortín del Cerro El Zamuro.
            Vale decir que elementos que han hecho de la arquitectura moderna un modo irreprimible de lucro consumaron algunos intentos por modificar el pasado histórico del viejo casco urbano de la ciudad, alterando su volumetría con edificaciones contrastadas, pero la reacción muy natural y legítima de la ciudadanía; preservadora de los valores históricos, artísticos y culturales de la capital, se hizo sentir y la Junta Nacional Conservadora y Protectora del Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación, la declaró Monumento Histórico Nacional, lo cual ha intenta poner fin a las alteraciones aberrantes de su arquitectura primigenia. 

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